Tijuana, B.C., 10 de noviembre de 2025. — El abogado Jesús González Schmal afirmó este lunes que ninguno de los dos disparos que acabaron con la vida de Luis Donaldo Colosio en 1994 fue realizado por su cliente, Mario Aburto, sino por otras personas involucradas en una presunta conspiración.
La declaración se dio tras la detención de Jorge Antonio Sánchez Ortega, exagente del extinto Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen), señalado como el presunto segundo tirador en el magnicidio ocurrido el 23 de marzo de 1994 en Lomas Taurinas, Tijuana.
De acuerdo con el Registro Nacional de Detenciones, Sánchez Ortega fue aprehendido el pasado sábado 8 de noviembre por elementos de la Fiscalía General de la República (FGR) en una vivienda ubicada en la colonia Los Reyes, Tijuana. El detenido fue puesto a disposición de un juez federal para determinar su situación jurídica.
Esta sería la segunda detención del exagente del Cisen. En 1994, fue asegurado el mismo día del crimen tras portar una chamarra con manchas de sangre y arrojar positivo en la prueba de rodizonato de sodio —utilizada para detectar contacto con pólvora—; sin embargo, fue liberado por falta de pruebas.

González Schmal recordó que, según el testimonio de Aburto, hubo dos disparos, uno de ellos presuntamente ejecutado por un sujeto apodado “El Ruco”, quien fue asesinado un día después del magnicidio en un taller mecánico de Tijuana.
“Esto nos hace mantenernos optimistas en que México pueda sanar una herida que sigue siendo profundamente trascendente”, declaró el abogado.
Al ser cuestionado sobre si la detención de Sánchez Ortega podría ser una “cortina de humo” del Gobierno federal, González Schmal lo descartó.
“No creo que sea una estrategia para ocultar la verdad; al contrario, esto va a abrir un horizonte de conocimiento sobre lo que ocurrió hace 31 años”, afirmó.
El defensor reiteró que Mario Aburto es inocente y que “aun habiendo tenido la oportunidad de salir, continúa privado de la libertad, mientras su familia en Estados Unidos sufre un calvario que no merece”.
El arresto de Sánchez Ortega reabre el debate sobre la investigación del Caso Colosio, considerada una de las más polémicas en la historia reciente de México, y vuelve a poner bajo la lupa la participación de funcionarios del desaparecido Cisen en los hechos ocurridos en 1994.